jueves, 2 de agosto de 2007

Consulta verde: ¿selección o elección?

El pasado domingo 29 de Julio fuimos testigos de un hecho sin precedente: la Consulta verde.
El gobierno del D.F., encabezado por Marcelo Ebrard, desplegó una consulta ciudadana para conocer el punto de vista de los habitantes del distrito sobre propuestas a favor de la ecología.

¿Qué se preguntó? ¿Con qué propósito? ¿Cuál es el impacto real de esta encuesta?

Hagamos un ejercicio…

Yo le pregunto (a quien quiera emitir su opinión):

1. ¿Es de su interés una vida de mayor calidad o prefiere vivir en la pobreza y la inseguridad?
2. ¿Está usted de acuerdo en que se tomen medidas de tránsito y vialidad que disminuyan la afluencia de vehículos en detrimento de su vivienda?
3. ¿Desea usted seguir respirando oxígeno dentro de tres lustros?
4. ¿Está usted de acuerdo con que se le escuche o prefiere ser ignorado?

De esta pequeña consulta, se conocerán los resultados – favorables o no- en cuanto tenga disponibilidad del 100% de acuerdos. ¡Gracias por participar!

Los ciudadanos del D.F. tuvimos la oportunidad de participar en una selección sobre la jerarquía de importancia de las disposiciones del gobierno en materia de ecología. Esto no tiene nada de malo, al contrario, motivar la participación ciudadana es un comienzo para la movilización y concientización de cada uno de los miembros de un estado soberano a cuidar y trabajar en beneficio de la individualidad, pero también de la colectividad.
Es importante que los ciudadanos aprendamos a hacer escuchar nuestra voz, hacer valer nuestro derecho, pero también a tomar una responsabilidad.

La consulta motiva la participación, aunque debe ser rechazada en el carácter de acción promotora de la democracia, pues esta mal llamada democracia es únicamente una selección de lo ya elegido, no una elección de lo que más conviene a los intereses de la mayoría.

La preguntas no están sesgadas – declaró a la prensa el director de Consulta Mitofsky – pero los especialistas coinciden en que nadie tiene interés en vivir en un lugar sucio y contaminado, así como nadie desea estar enfermo o desempleado, ni nadie quiere que su casa sea tirada en aras de una mejor vialidad. Por ello, el grupo de encuestados emite una voz unánime (previamente conocida por el gobierno) a favor de las "propuestas" realizadas.
El ser humano por naturaleza busca lo que es conveniente para su bienestar, por lo que la consulta – de haberse ya decidido utilizar recursos públicos para esta tarea - debería haberse realizado en los términos de una verdadera opción “A” o “B” no en términos de si te vamos a dar “A” prefieres que sea en tanto “a.1” o “a.2”, qué tal si prefiriera una opción distinta de “A”. Respuesta: Querido ciudadano, en ese caso, como usted no tiene interés en lo que preguntamos, no emita su voz, pues no será tomada como voto.

¡Nuestro magnánimo gobierno se toma la molestia de preguntar, pero no de dejarnos elegir!
Además de la selección realizada previamente, la votación pierde confiabilidad debido a los múltiples sucesos: aproximadamente 500 mil personas participaron en la consulta – únicamente el 5% de la población – aunado a esto, el encuestador, al darse cuenta de la poca participación dejó emitir "el voto" más de una vez a los participantes e incluso sin credencial de elector.
Un buen inicio para impulsar la participación ciudadana... ¡lástima de la poca credibilidad, confiabilidad y real interés en el proceso democrático!