martes, 5 de agosto de 2008

¿Ya checaste a los niños?


“Un solo timbre de tu celular te puede dejar en bancarrota”.


Ring… ring… “Bueno…” / “Tenemos secuestrado a su hijo(a). Escuche bien lo que le vamos a pedir y no cuelgue el teléfono…”


Los secuestros virtuales están a la orden del día, no sólo en la ciudad de México o en las grandes urbes, este problema de delincuencia acapara toda la red telefónica sin importar ubicación, edad, ni clases…


Desde la sala de su casa, desde la calle contigua, un centro comercial o desde la misma prisión, estafadores se dedican a efectuar secuestros virtuales. Un negocio que implica invertir unos cuantos pesos a tu número de casa o a tu celular.
¿Cómo te contactan? Es muy fácil, a cualquiera le das tu número para que te localice... o simplemente aluden al "azar".

Llaman y te extorsionan para obtener dinero. ¿Quién no daría hasta la vida por uno de sus hijos? ¿Por su hermano(a)? ¿Por su padre o madre? Cualquiera.

Por ello es que los estafadores se dedican a lucrar con el sentimiento de amor y unión de las familias mexicanas o el deseo de una persona de ser acreedora a un premio.

Las extorsiones telefónicas no son raras ni nuevas. Ya desde hace más de una década se llevan a cabo estos actos delictivos. Algunas páginas en donde se nos informa de ellos:


Por lo pronto, ¡no nos dejemos engañar!

¡Ojo! Si tu teléfono suena y te informan de un secuestro o algún premio que condiciona la entrega por dinero o tarjetas telefónicas prepagadas:

- No te alarmes y sígueles la corriente.
- Revisa mentalmente, y con mucho cuidado, los datos que te están proporcionando.
- Piensa con la mayor calma posible y comunícate con tus seres queridos o con la compañía de la que procede el supuesto premio.
- Cuida de no identificar de manera directa en los contactos de tu celular a familiares o amigos. Siempre busca un identificador impersonal.

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